Un haz de fatigas y premuras
me levanta en medio de la nada...
tomo del fuego , tierra
y del aire, agua...
pero me bebo la conciencia
de ser polvo con alma,
un nervio con ojos y con dientes,
un afán que respira y se apresura.

Encontré una piedra y dije
es mía...
la colonizo, la levanto, la pulo
la hago un dios, la imagino casa...
hago arcos y despabilo espigas
pero la piedra
sigue siendo piedra
sin respuestas.

Entonces, tropecé con el mundo
y no supe que hacer.
Lo tuve entre mis manos
quemé las venas abiertas
besé el misterio de sus cuevas
lamí la sal de sus montañas
forniqué sin brío sus mesetas
el mundo siguió siendo mundo
sin palabras.

La noche no era negra
era un caos de estrellas ahorcándose
de hordas planetarias en masacre
una voz de odio disparaba las órbitas
no había atmósferas ni superficies
ni siquiera sé si el odio la moraba

Sólo sé
que tenía enfrente un universo.

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