Si se olvidan,
que se olvide todo...
que se caigan los capullos
antes de hacerse flores
bajo el sol de junio.

Si se olvidan,
que se borre todo...
nuestras pequeñas dichas:
la canción que de noche nos habita,
el agua fresca en el limpio vaso,
la risa, el vuelo de las aves,
que se caiga a pedazos
el cielo
sobre nosotros...
si uno solo de ellos se olvida.

Si se olvidan,
que no quede rastro de nosotros
que nos olviden también
los tiempos que vienen,
que entierren en su futura indiferencia
nuestra cobarde desmemoria
incapaces de contener en nuestras puños
sus risas
sembrarlas
y volverlas justicia.

Si uno solo de sus rostros
se borra
si no recordamos
sus mañanas robadas
sus zapatos vacíos
la casa que, a diario, 
se pregunta por ellos
el alma de los padres
que en las noches
y en silencio
les grita
los busca
los llama
y sólo tienen
por respuesta la nada
entonces
que se borre todo
que se vaya
que no existan futuros
donde no estén ellos
presentes
hasta que brille
mañana, en diez, cien, mil años
el sol de la justicia.
Noche sobre nosotros
si alguno de ellos se olvida.